Seguiré esperandote.

Hace frío, hace mucho frío desde que se marchó ¿sabes? No me quedan más mantas en casa ni kilómetros que alejarme ¿puedes ayudarme? Supongo que no entiendes nada así que voy a explicártelo…
Me rompió el corazón, un día de abril cogió las maletas y se fue sin más, me dejó un post-it en la nevera con un lo siento escrito y las llaves de casa en la encimera. Imagínate mi cara al leerlo, creí que el mundo se derrumbada por segundos y desde entonces han pasado 6 meses 4 días y un millón de lágrimas.
Dejé de coger el teléfono, de levantar las persianas, de arreglarme cada día, deje de sonreír durante un tiempo que me pareció eterno, de hecho las sonrisas que ahora puedes ver no son más que fingidas.
He construido un muro, una pared que lo separa a él de ti, de vosotros, que separa mis emociones de mi convivencia con los demás.
¡No puedes imaginarte el daño que me hizo! Parecíamos simples adolescentes todos los días juntos, sonriendo, riéndonos de todo y de todos, escapándonos de nuestras obligaciones para encerrarnos entre cuatro paredes a la orilla de un lago.
Me miraba como si no existiera nada más en el mundo; sus ojos verdes convertían el tiempo en un factor sin importancia, conseguía que me olvidara de todo lo malo para hacerme reír…y ahora ya no está, podría contarte tropecientos mil detalles de cómo rozaba su mano con la mía, o como andábamos por la calle juntos, un millón de cosas que ahora recuerdo entre lágrimas, era el amor de mi vida y el me dejó tirada mientras dormía.
Le echo de menos, cada mañana, cada segundo, lo que pasa es que me entretengo contando las estrellas del cielo, o las piedras que veo por la calle, cualquier cosa con tal de no ver su imagen en mi memoria, aunque es llegar a casa y todo me recuerda a él; es más aún me sorprendo sentada en la cocina con dos tazas de café en la mano y esperando sentir su colonia en mi almohada aunque en el fondo se que eso no va a pasar, que el no va a volver y lo que más me duele es no saber por qué se fue, por qué me dejó sola y se llevo mi sonrisa para siempre.


Todas las noches dejo la puerta abierta con la esperanza de que vuelvas, con la ilusión de despertarme y sentir tus brazos a mi alrededor.