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“Créeme que si lo enseñas y eso esta escrito con sentimiento puede cambiar muchas cosas”…sabiendo eso yo no me puedo rendir, no puedo dejarlo estar y seguir…intento evitar pensar, dejar de soñar despierta con que un día te levantarás y a quien echarás de menos será a mí con mis tonterías, mis mordisquitos, mi falsa indignación y mis mensajes de buenas noches, pero se queda en eso; en un intento porque es inevitable sonreír cuando hablamos, es inevitable echarte de menos y tener ganas de llamarte aunque sea para contarte que hay una estrella que brilla más que las demás, lo intento y no puedo…aunque realmente tampoco quiero y ese es el problema, no quiero perderte pero tampoco dejar de quererte.
Y a veces tengo miedo ¿sabes? Porque sigo creyéndote, me sigo fiando de ti aunque diga que no y me asusta que estés jugando, que cuando me dices que escribiendo con sentimiento igual cambio las cosas lo digas por decir y no porque exista una posibilidad real, pequeña pero real, de que algo cambie. Porque a nadie le amarga un dulce, a nadie le disgusta que alguien le vaya detrás y le recuerde lo especial que es y lo mucho que puede hacerse querer, aunque dudo que tú hagas eso, que tú me estés haciendo eso.